Si tu cubierta plástica se ve opaca, gotea o cruje con el calor, la razón casi siempre es la misma: no tiene un plan de mantenimiento. La buena noticia es que alargar su vida útil no es complicado ni caro. Con limpieza suave, revisiones periódicas de fijaciones y sellos, y algunos cuidados simples frente al sol, químicos y dilatación, puedes conservar la transparencia y la estética por muchos años. Aquí tienes una guía paso a paso, para que lo apliques desde hoy. 

1) Limpieza qcada 3–4 meses 

Empieza siempre con un enjuague de agua a baja presión para arrastrar polvo, arena y sales. Luego prepara agua templada con jabón neutro. Usa una mopa suave y limpia en pasadas largas, sin presionar de más. Termina con un aclarado generoso. Evita por completo cloro, amoníaco, thinner, acetona y estropajos: parecen limpiar “más fuerte”, pero dejan microfisuras, opacan y acortan la vida del material. Tampoco acerques una hidrolavadora a quemarropa: el chorro puede abrir uniones y dañar sellos. 

2) Drenajes y canaletas 

La suciedad acumulada no solo se ve mal; retiene agua y genera hongos y algas que terminan opacando la lámina. Mantén canalones y bajantes limpios, y retira hojas, semillas o plásticos que se hayan volado al techo. Verifica que los canales tengan drenaje según el sentido de instalación para que la condensación interna no quede atrapada. 

3) UV, químicos y temperatura 

  • Asegura que la cara con protección UV vaya hacia el sol. Si se instaló al revés, el amarilleo y la pérdida de propiedades llegan mucho antes. 
  • Evita el contacto prolongado con solventes o vapores químicos (limpiezas con gasolina, thinner, etc.). Si en tu nave hay procesos con químicos, mejora la ventilación. 
  • Si la lámina trabaja a altas temperaturas, revisa el manual del fabricante y respeta los límites para evitar deformaciones. 

4) Checklist anual (rápido y realista) 

  • La cubierta se ve limpia y no quedan manchas tras el lavado. 
  • Los sellos perimetrales siguen flexibles y sin desprenderse. 
  • Canalones y bajantes despejados; sin estancamientos. 
  • No hay fisuras en contornos ni puntos de fijación. 

5) Señales de alerta  

  • Opacidad que no mejora con limpieza suave. 
  • Fugas repetidas en el mismo punto. 
  • Fisuras cerca de tornillos o bordes. 
  • Sombras nuevas por suciedad en domos o franjas. 

A veces, la mejor reparación es preventiva: cambiar arandelas, re-sellar una junta, ajustar un par de tornillos o añadir un punto de fijación en perímetro. 

Conclusión 

Cuidar tu cubierta plástica no es un lujo, es una necesidad. Con limpieza suave, dilatación respetada y sellos/fijaciones en forma, tendrás más luz, menos problemas y vida útil prolongada. Empieza con una limpieza esta semana y agenda tus revisiones; tu techo (y tu bolsillo) lo van a agradecer.  

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